Hace unos meses se gritaba en las calles y hoy ya no podemos salir a ellas.
Gritaban en contra de un gobierno, el mismo gobierno al cual le confiamos hoy con las decisiones preventivas que está tomando.
En un plazo de 4 meses cambiaron las cosas como nunca, desde salir a las calles los colombianos juntos hasta la cancelación de los conciertos las Fiestas hasta las reuniones familiares. Tocar a alguien desconocido se volvió algo prohibido entre nuestras costumbres. Son estas cosas que día a día se vuelven más normales pero que hace unos meses cuando veíamos lo mismo en China nunca creímos que nos fuera a tocar a nosotros.
Ríos de tristeza y desespero corren por las casas de muchos con el sentimiento de no saber cuándo esto se pueda llegar a acabar, recibiendo información muy diferente de parte de todos los medios que nos dejan pensando a todos cuándo podremos volver a los trabajos a las oficinas o a las aulas escolares.
Abunda el miedo de que todo cambie. Sin saber cuándo podremos volver a estrechar la mano para un saludo o poder abrazarse cuando la selección de Colombia meta un gol, incluso llegar a pensar no poder volver a bailar en las ferias o hasta no volver a ver la alegría de los colombianos en los carnavales. Son las pequeñas cosas que antes veíamos como insignificantes que en estos tiempos han cogido mucho más valor.
Sin embargo, como colombianos debemos dejar todos estos sentimientos a un lado y enfocarnos en lo que realmente somos, un país unido solidario el cual no piensa dos veces en estrechar la mano a alguien cuando la necesita. Un país reconocido por su alegría y su gozo. Valores que están en todos los colombianos que no podemos dejar que el Covid-19 no los rape de las manos.
Para que todos esto sea posible debemos confiar en las decisiones preventivas de nuestro gobierno hacer caso a todas las recomendaciones para de esta manera solo con quedarnos en casa podamos estar salvando la vida de muchas personas, de la misma manera en la que lo están haciendo los profesionales de la salud diariamente a los cuales les agradecemos eternamente. Y por último confiar en ese gobierno al cual hace unos meses le gritaban en las calles.
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