Juan Andrés Ortiz
Es claro que el siglo XXI ha sido el nido de muchos conflictos que surgen a raíz de las nuevas formas de expresión de las personas. Siendo estas defensoras de sus derechos a la libertad de expresión y al libre desarrollo de la personalidad. Sin embargo, el conflicto nace a partir del choque de ideas radicalmente liberales con una sociedad naturalmente conservadora. Esto, y a partir de la protección de los derechos fundamentales de las personas, refleja perfectamente el centro del conflicto, pues parece ser que las costumbres que tenían algunos países (en este caso Colombia) hace unos años, se han ido perdiendo en aras de que el derecho a la libre expresión y al libre desarrollo de la personalidad se puedan garantizar. Parece ser que, a simple vista, la conexión entre el cambio de nacionalismo con los movimientos sociales defensores de los DDFF no es del todo clara. Por esta razón, el siguiente artículo se desarrollará en los siguientes puntos: i) hacer un recuento histórico de la forma en cómo Colombia adoptó un nacionalismo conservador; ii) demostrar algunos de los movimientos sociales contemporáneos y su choque ideológico con el Estado; y iii) conclusiones.
En primer lugar, cuando hablamos de Colombia como un país que ha sido naturalmente conservador, es importante tener en cuenta varios aspectos de su historia en general. La hegemonía conservadora a principios del siglo XX estableció unos parámetros muy estrictos a nivel social, en cuanto a la forma en cómo se comportaba la sociedad. Las costumbres, la religión, la cultura y las formas tradicionales de vivir en sociedad eran las que predominaban en todo el territorio nacional. Al considerar las aristas que se derivan de esos comportamientos, surgen situaciones como: la xenofobia y el racismo. Actualmente, los radicalismos se ven en la herencia que han tenido este tipo de comportamientos, pues aquellos que han mantenido la esencia de un nacionalismo conservador protegen los tradicionalismos pasados, contrario a aquellos que han tomado las vías liberales para proteger sus derechos fundamentales. Es acá cuando el choque entre dos nacionalismos se ve de forma clara, pues la lucha por mantener el conservadurismo choca con el cambio de paradigma que se dirige a establecer una sociedad más pluralista e incluyente.
Hoy en día, los movimientos sociales han girado en torno a diferentes temáticas, las cuales tienen un trasfondo que va más allá del simple acto de protesta. La protección y garantía de los derechos de aquellos que protestan es la razón principal por la cual el choque entre la sociedad y el Estado es tan fuerte. Así, retomando el concepto principal de este artículo, el choque de nacionalismos se ve en la manera en cómo la sociedad quiere hacer una transición a un tipo de Estado diferente. Por esto, retomando las ideas del párrafo anterior, la forma en cómo se veía la sociedad hace unos años puede resultar radical para aquellos a quienes afecta, y de la misma forma, los nuevos fenómenos sociales que tienen raíces profundamente liberales pueden resultar contrarios a los tradicionalismos que se heredaron del siglo XX. El propósito de esta distinción es, en realidad, mostrar cuál puede ser un posible cambio social en Colombia, pues estamos en la apertura de muchos cambios a nivel social que pueden llegar muy pronto. ¿Esto quiere decir que el fin del conservadurismo se acerca? Viendo la realidad social en la que hemos estado inmersos pueden llegar a haber cambios en la forma en cómo pensamos, siendo esto un posible fin a los radicalismos. Sin embargo, la esencia del nacionalismo en Colombia se encuentra ante un cambio de paradigma muy grande.
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