Jack Acrich
Uno de los mayores contribuyentes al desarrollo de la humanidad y un factor decisivo para los avances históricos es lo que se conoce como el comercio. Una posible definición para este término es el intercambio de bienes y servicios entre individuos o entidades en la economía. Es posible considerar que normalmente se observa la historia desde un punto de vista político o bélico donde los cambios en los distintos gobiernos o las guerras parecen ser los factores más relevantes para los cambios en la humanidad. Esta visión podría ser complementada con la idea de que el comercio también es un elemento importante porque el intercambio de bienes logró crear una interacción entre distintas partes del mundo que ayudó a impulsar importantes cambios decisivos en la historia.
Inicialmente la Ruta de la Seda (que consistía en una red comercial que se extendía desde Europa hasta China establecida durante los tiempos del Imperio Romano) permitió que varias especias se expandieran por el mundo occidental y cambiarán la cultura culinaria en Europa. El cierre de esta ruta por parte del Imperio Otomano con la toma de Constantinopla llevó a que Europa intentara encontrar otras rutas donde pudiese llegar a los enclaves en Asia para conseguir especias y artículos. La búsqueda de rutas comerciales impulsó un cambio decisivo ya que los viajes de Cristóbal Colón que empezaron en 1492 tenían la visión de encontrar un nuevo camino de intercambio. Esto lo llevó a encontrar el continente americano que era desconocido por los europeos. De esta manera, las poblaciones nativas del continente perdieron el control sobre sus tierras y las grandes potencias europeas establecieron colonias cambiando para siempre la cultura. Un aspecto notable es que ciertos alimentos que no existían en Europa y eran cultivados en América como la papa, el cacao y el tomate pasaron a formar parte de la dieta básica de los europeos. Por otro lado, el café fue introducido en América y logró extender su cultivo porque ciertas partes de este continente tienen condiciones similares al continente africano donde el café tiene su origen. Asimismo, hubo una enorme extracción de metales preciosos como el oro y la plata en América que eran llevados a Europa enriqueciendo la corona de países como España.
Posteriormente, las 13 colonias que formarían Estados Unidos en 1776 siempre tuvieron una cultura de comercio internacional que se mantiene hasta el presente. Estas colonias británicas siempre buscaban la manera de poder comerciar varios productos como el tabaco, aunque fuera ilegal bajo la Corona Británica. Por esto, una de las causas de la revolución americana pudo estar relacionada con las restricciones que Gran Bretaña impuso a las colonias, donde solo podían comerciar con la corona. Además, el aumento de impuestos a productos como el té llevó a los americanos a querer establecer sus propias políticas económicas. Siguiendo esta cultura de comercio, al lograr la independencia definitiva de Inglaterra solicitaron que su territorio se extendiera hasta el Río Mississippi. Al ser navegable permitía transportar bienes a un costo bastante bajo y a través del Tratado de San Lorenzo cerca de 1795 entre España y Estados Unidos, los estadounidenses fueron capaces de poder navegar el Mississippi libremente y desarrollar actividades económicas. Aunque las relaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos estaban bloqueadas por la revolución, los americanos no tardaron mucho tiempo en llegar a un acuerdo que le permitió establecer relaciones comerciales nuevamente. Finalmente, es probable que la creación de una fuerza naval permanente en Estados Unidos fue desarrollada para proteger a los barcos comerciales que eran víctimas de piratas. De cierta manera, un aspecto presente en la mentalidad estadounidense siempre ha sido la importancia del intercambio de bienes y recursos aportando a la razón de porque Estados Unidos ha logrado volverse una potencia mundial.
La Revolución Industrial alrededor del siglo XVIII tuvo un enorme impacto en el comercio ya que la invención de una nueva maquinaria permitió aumentar la producción de diversos objetos de una manera impresionante. Con la producción en masa, muchos productos que antiguamente se realizaban manualmente podían ser accesibles para una mayor cantidad de personas. De manera directa, este incremento en la producción hizo posible la comercialización de una mayor cantidad de productos por el mundo y con la invención de medios de transporte como el ferrocarril, las mercancías podían viajar e intercambiarse de una manera más rápida alrededor del mundo. Sin el incentivo del comercio, es posible que estos intentos de generar una mayor cantidad de productos y transportarlos de una manera más eficiente no hubiesen llegado a tener tanta influencia en la vida humana dado a que muchos países se hubiesen centrado en si mismos y conformado con abastecer a su población.
Bajo la perspectiva de la Primera Guerra Mundial que inició en 1914 y terminó en 1918, existe la visión de que las tensiones entre las potencias europeas surgieron porque el mundo ya estaba colonizado en su mayoría, significando que no había más territorios por repartirse y las naciones querían demostrar su superioridad. Inicialmente, Estados Unidos no tenía la intención de participar y prefería mantenerse neutral en este sentido. A pesar de esto, compañías estadounidenses exportaban comida, materiales y munición a ambos bandos de la guerra. Luego, el comercio con los Poderes Centrales (Alemania y sus aliados) se vio afectado por el bloqueo naval británico a Alemania. De esta manera, se puede ver como se usa el comercio como parte de la estrategia militar para tratar de aislar y debilitar al enemigo en una situación de guerra. Eventualmente, con el hundimiento de barcos por submarinos alemanes como el buque británico Lusitania donde murieron varios americanos y barcos comerciales, Estados Unidos comenzó a considerar participar en la guerra. Esta serie de eventos llevó a que los americanos entraran en la guerra apoyando a la Triple Entente formada por países como Gran Bretaña y Francia. Finalmente, la entrada de Estados Unidos ayudó a finalizar la guerra en 1918.
Después de la Primera Guerra Mundial, los países involucrados se vieron muy afectados por la guerra económica, política y socialmente, especialmente porque la mayoría de los países se habían sumado a la guerra siendo imperios y terminaron perdiendo partes de su dominio colonial. Estados Unidos se vio perjudicado por la Gran Depresión que comenzó en 1929 y finalizó en 1939. El colapso del mercado de valores y la disminución de las relaciones internacionales y el comercio afectaron enormemente a la población
estadounidense y a otras naciones del mundo. De esta manera, se estima que estos problemas económicos pudieron haber contribuido al ascenso de líderes como Adolf Hitler al poder. La combinación del New Deal (Nuevo Trato) creado por Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a que Estados Unidos pudiera salir de la Gran Depresión ya que era necesario producir materiales y suministros para la guerra.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) podría considerarse una guerra basada en la ideología, y este factor influyó en el desarrollo de la misma. Los principales combatientes fueron las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) y los Aliados (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, la Unión Soviética y, en menor medida, China). Todos estos países se vieron afectados en número de bajas, la parada de negocios y comercio, y la falta de insumos para producir productos para la vida diaria. Las relaciones diplomáticas entre países también cambiaron durante la guerra. Por ejemplo, el bloqueo comercial de Estados Unidos sobre Japón puede estar entre las causas que llevaron al bombardeo de Pearl Harbor en 1941. Dicho esto, las relaciones económicas se modificaron mucho durante la guerra. Después del conflicto, el Pacto Molotov, la Conferencia de Yalta y la creación de las Naciones Unidas allanaron la base de las circunstancias de los países durante los próximos 50 años. Los países tuvieron que reconstruir su economía debido a las pérdidas sufridas durante la guerra. Esto llevó a la creación del consumismo y la producción masiva de diversos productos y medios. Asimismo, durante los años 50, la propaganda y la publicidad crearon deseo para los clientes, lo que los llevó a comprar más productos.
La Segunda Guerra Mundial tuvo efectos devastadores y algunas naciones europeas occidentales decidieron crear un espacio de cooperación económica e intercambio comercial a través de las Comunidades Europeas alrededor de 1951 donde inicialmente se comerciaban acero y carbón entre los países miembros. Luego, se comenzaron a comercializar todo tipo de productos y esta iniciativa ayudó a la recuperación económica de esta parte de Europa. También, este frente de países europeos se unió para evitar futuros conflictos ya que la interdependencia a través del comercio podía evitar tensiones entre los diferentes países. En este sentido, se estableció lo que se conoce como la Unión Europea que funciona como una organización internacional que maneja todo tipo de asuntos que van desde el aspecto político y legal hasta la seguridad y economía. El proyecto inicial de promover el comercio entre naciones trascendió a una entidad que patrocina la integración europea generando enormes beneficios.
Para concluir, la creación del GATT en 1947 que tenía la intención de reducir aranceles a nivel mundial y fomentar el libre comercio contribuyó a un verdadero crecimiento mundial. En este sentido, las diferentes naciones participantes podían comerciar con menos restricciones Eventualmente el GATT llevó al establecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que incluye el intercambio de bienes y servicios al igual que aspectos sobre la propiedad intelectual. Actualmente, la OMC cuenta con 164 miembros. En esta línea, la adhesión de China a la OMC cerca de 2001 permitió que esta nación pudiese expandir su comercio en gran medida llegando a convertirse en una potencia económica.
A lo largo de los diferentes acontecimientos históricos, se puede apreciar que el flujo de bienes por medio del comercio ha impulsado gran parte de los cambios y siempre ha tenido un papel relevante para la humanidad. El hombre siempre ha intentado construir redes de comunicación entre diversas partes para poder comerciar e intercambiar todo tipo de objetos teniendo un impacto decisivo en la dinámica de las relaciones internacionales y el progreso.
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