“EL SINSABOR DE LA VIDA DE UN HUMANO CEGADO POR LA DESILUSIÓN DE LA REALIDAD”
CONSIDERACIONES ACERCA DE: LOS SUFRIMIENTOS DEL JOVEN WERTHER
Por: Juan David Poveda
“Hay ocasiones en que no comprendo cómo puede amar a otro hombre,
cómo se atreve a amar a otro hombre, cuando yo la amo con un amor tan perfecto,
tan profundo, tan inmenso; cuando no conozco más que a ella,
ni veo más que a ella, ni pienso más que en ella.”
- Johann Wolfgang Von Goethe
“Los sufrimientos del joven Werther” es una novela romántica y trágica escrita por el reconocido poeta y novelista alemán Johann Wolfgang Von Goethe. Autor que se ha caracterizado por sus grandes aportes al movimiento romántico.
La obra en cuestión nos habla sobre Werther, un joven que busca un propósito de vida diferente al que esta destinado en su hogar. Esto ocurre por la insatisfacción de sus padres cuando Werther decide ejercer una vida dedicada al arte. Por esto mismo, decide partir de su casa a Wahlheim, un pueblo imaginario donde queda fascinado por la naturaleza de sus habitantes, que aunque es tranquila, logra expresar una cierta plenitud de vida. A partir de esto, y de cartas que le escribía a su amigo Wilheim, la historia se va desarrollando en un contexto donde el joven, a ciegas por su felicidad momentánea, no sabe de lo que el destino le depara.
“¡CUÁNTO me alegro de mi viaje! ¡Ay, amigo mío, lo es el corazón del hombre! ¡Alejarme de ti, a quien tanto quiero; dejarte, ser inseparable, y sentirme dichoso! Sé que me lo perdonas. ¿No parece que el destino me haya puesto en contacto con los demás amigos, con el exclusivo fin de atormentarme? ¡Pobre Leonor! Y, sin embargo, no es culpa mía, ¿Podía yo evitar que se desarrollará una pasión en su desdichado espíritu, mientras me embelesaba con las gracias hechiceras de su hermana? Así y todo, ¿no tengo nada que echarme en cara? ¿No he nutrido esa pasión? Más aún: ¿no me he divertido frecuentemente con la sencillez e inocencia de su lenguaje, que muchas veces nos hacía reír, aunque nada tenía de risible? ¿No he?.. ¡Oh! ¿Qué es el hombre, y por qué se atreve a quejarse? Quiero corregirme, amigo mío; quiero corregirme, y te doy la palabra de hacerlo; quiero no volver a preocuparme con los dolores pasajeros que la suerte nos ofrece sin cesar; quiero vivir de lo presente, y que lo pasado sea para mí pasado por completo. Confieso que tienes razón cuando dices que aquí abajo habría menos amarguras si los hombres (Dios sabrá por qué los ha hecho como son) no se dedicrasen con tanto ahínco a recordar dolores antiguos, en vez de soportar con entereza los presentes.”
(4 de mayo, página 37, Werther, Johann Goethe.)
En referencia a lo dicho anteriormente, la felicidad del protagonista se irá desvaneciendo poco a poco, debido a la llegada de Lotte una joven de gran belleza que Werther describe como perfecta, y que a primera vista se robó su corazón. Con la llegada de Lotte, la vida del joven artista da un giro de 180 grados, ya que su existencia dejó de depender del arte, y se basó principalmente en aprovechar el tiempo limitado que tenía con su amada, ya que esta estaba comprometida con otro hombre que llegaría en cualquier momento.
Durante la obra, se puede observar como la estabilidad mental y emocional de Werther se va deteriorando al pasar de los días, esto ocurre cuando se da cuenta de que se encuentra en un triángulo amoroso del cual la única salida es acabar con su vida. El amor enfermizo que siente hacia Lotte lo hace llegar a ver el sinsentido de la vida, como si llegara a un camino sin retorno alguno, pero es esto lo mismo lo que se intenta analizar, esa incongruencia frente lo que los humanos que es vivir y lo que realmente es hacerlo, en este caso ser humano.
Si se considera lo anterior, se puede entender que la vida de Werther siempre fue cegada por aspectos que no lo dejaron ver su realidad tal como debía. Primero que todo, se encontraba recluido en un hogar donde su trabajo era desvalorizado por una moral de valores antipodos, donde un trabajo de artista no era bien visto por sus familiares. Luego, nublado en la idea de estar en el lugar ideal, comparándolo con el Edén no tiene claro el rumbo que quiere tomar en su vida, si no que entra en el conformismo de sentirse bien y quedar en ese estado sin ambición, esto hasta que conoce a Lotte. El hecho de darle más importancia a los lugares que veía sobre su propio bienestar cegado es lo que demuestra que Wether es el claro reflejo de un humano más, personificando la trágica existencia del humano.
“«He hecho conocimientos de todos géneros, aunque sin formar sociedad con nadie. Algún atractivo, que no me doy cuenta, debo de tener para muchas personas que espontáneamente se me acercan con deseos de intimar; por mi parte, siento el separarme de ellas cuando sólo un breve rato seguimos el mismo camino. Si me preguntas cómo es la gente de este país, te diré: «Como la de todos.» La raza humana es igual en todas partes. La inmensa mayoría emplea casi todo su tiempo en trabajar para vivir, y le abruma de tal modo la poca libertad de que goza, que pone de su parte cuanto puede para perderla. ¡Oh destino de los mortales!”( 17 de mayo, página 42, Werther, Johann Goethe.)
Es así que surge el problema, no vivir su realidad, y al hacerlo, no poder soportar con la crudeza de esta. No se tiene que partir del hecho de que la vida sea cruda en sí, sino del no poder salir de la realidad utópica en la que el hombre se sitúa por vivir satisfacciones efímeras. En este caso, la cúspide de ilusión llega con el amor de Lotte, Evento que marca el momento en el que se puede observar la humanidad de Wherther encarnizada en un joven que de cierto modo puede ver su futuro, pero no aceptarlo, porque aún quedan rezagos de su corta aventura con la “dueña de su corazón”. De esta manera, el protagonista se da cuenta del sinsentido de la corta aventura de la vida, una travesía en la que llegó solo y en la que iba a terminar de la misma manera: Sin su amor, sin su arte y sin su familia.
“Todo duerme en torno mío, y mi alma está tranquila. Te doy gracias, ¡oh Dios!, por haberme concedido en momento tan supremo resignación tan grande. Me asomo a la ventana, amada mía, y distingo a través de las tempestuosas nubes algunos luceros esparcidos en la inmensidad del cielo. ¡Vosotros no desaparecerás, astros inmortales! El Eterno nos lleva, lo mismo que a mí. Veo las estrellas de la Osa, que es mi constelación favorita, porque, de noche, cuando salía de su casa, la tenía siempre delante. ¡Con qué delicia la he contemplado muchas veces! ¡Cuántas he levantado mis manos hacia ella para tomarla por testigo de la felicidad de que entonces disfrutaba! ¡Oh Carlota!, ¿qué hay en el mundo que no traiga a mi memoria tu recuerdo? ¿No estás en cuanto me rodeas? ¿No te he robado codicioso como un niño, mil objetos insignificantes que habías santificado con sólo tocarlos?”( Después de las once, página 178 y 179, Werther, Johann Goethe.)
Es así que el ser humano recae de nuevo en su estado de decadencia, a partir de una realidad malaventurada por placeres relativos o pasajeros que se topan por el camino. Werther es el ejemplo perfecto de una sociedad que deja recaer su vida frente a pasiones que nublan el sentir verdadero, insertando a los humanos en situaciones adversas de las cuales aun sabiendo que que los hombres no pueden vivirlas, hacen lo posible por estar lo más cerca de ellas. Por esto, Wherter es el ejemplo claro de la perfecta imperfección de la vida.
REFERENCIAS:
(2021). Retrieved 19 February 2021, from https://elestanteliterario.com/resenas-de-libros/las-penas-de-joven-werther-goethe/#:~:text=von%20Goethe%20que%20cuenta%20la,con%20la%20naturaleza%20del%20lugar.
Luís Ángel Ríos Perea, M. (2021). Análisis de “Los sufrimientos del joven Werther” de Johann Wolfgang Goethe - Monografias.com. Retrieved 19 February 2021, from https://www.monografias.com/trabajos81/analisis-sufrimientos-joven-werther-goethe/analisis-sufrimientos-joven-werther-goethe.shtml
Goethe, J. (2011). Werther. Donostia: Hiria.
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