A lo largo de los años la Medicina se desarrolló en el vientre de nuestra Pachamama y nació de las necesidades fisiológicas del hombre. Aunque el recorrer histórico de la Medicina es tan largo corno el de la humanidad misma, se sitúa el inicio de la educación médica en la Grecia Clásica, alrededor del siglo VI antes de Cristo. La tradición médica occidental surge en las famosas escuelas de Circne. Rodas. Cuido y Cos -donde enseñaba Hipócrates-. La más destacada fue la de Alejandría, síntesis de la educación médica de los inicios. Entre las características de su modelo educativo se pueden citar... Libertad. El docente y el educando tenían la oportunidad de definir sus propias metas. Ausencia de estructura, ante la falta de plan, currículo o tiempo determinado. Aprendizaje vicario o discipular, que partía de la observación, como aún hoy se practica en la enseñanza clínica ("ve cómo lo hago yo para que luego lo hagas tú"). Experiencia clínica como base. Aristóteles decía que los médicos no se hacen por el estudio de los libros. Galeno, en cambio, insistía en que el verdadero médico debía ser un filósofo capaz de tratar la enfermedad y, a la vez, explicarla. Remuneración directa, ante la ausencia de fuentes de "financiamiento" del Estado u otros organismos. Lazos estrechos entre alumnos y maestros, lo cual se definió incluso como ideal ético, en el juramento hipocrático. Esta forma de enseñanza-aprendizaje operó hasta la primera Edad Media (siglo V). (Dr. Jorge E. Valdez García. Brevísima Historia de la Educación Médica. Humanidades Médicas).
El día de hoy me refiero con orgullo a que la Licenciatura de Médico cirujano, así como el ser médico y ejercer todos los días esa bendecida profesión es, en la extensión de la palabra, una decisión que se toma con valentía cada segundo que transcurre en nuestra vida. Y me refiero a los segundos porque sería completamente erróneo decir que decidimos sobre la profesión de ser médico sólo por las mañanas o en un horario definido, porque el ser médico no distingue de horarios, pues se trabaja al mismo paso de las afecciones a la salud.
En la carta de Esculapio a su hijo podemos leer lo siguiente: “Aunque la Medicina es una ciencia ambigua, a quien los esfuerzos de sus fieles van iluminando de siglo en siglo, no te será permitido dudar nunca, so pena de perder toda credibilidad. Si no afirmas que conoces la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarla, el vulgo se irá con los charlatanes que venden la mentira que el pueblo con frecuencia necesita” en lo que también me permito afirmar que un médico nunca deja de estudiar, ni de cuestionarse sobre cada acontecimiento a su alrededor, pues es quien vela por la salud y bien se sabe que la salud se divide en mental, física y social. Son los médicos los seres humanos que invisiblemente llevan una capa para salvaguardar la salud y salvar vidas sin límite y sin lucro.
En la formación continua de los médicos, nunca se dominan por completo a las ciencias ocultas de la vida y mucho menos de enfermedades o de técnicas en su profesión, y es por ello que debemos ser pacientes en la definición de espera y no solamente de padecimiento.
Es admirable el papel de los médicos, pues no trabajan por salarios únicamente, sino por la satisfacción de devolver las sonrisas a esas personas que un día acudieron a él con la mínima esperanza de recuperar la misma. Pero los médicos no siempre son admirados como la vida misma debería apremiarles, pues a medida que los casos de coronavirus se incrementaron en México, la discriminación e incluso las agresiones contra personal médico han crecido debido al temor al contagio que muchas personas dicen tener. A diferencia de otros países, donde la gente aplaude a doctores y enfermeras que batallan contra la COVID-19, en México una enfermera fue rociada con cloro por un desconocido en el norteño estado de Sinaloa. Otra trabajadora de sanidad fue agredida a golpes cuando acudió a comprar un café a una tienda en el central estado de San Luis Potosí, el pasado 2 de abril. Además, habitantes de un poblado del central estado de Morelos amenazaron con quemar el hospital local si recibía a pacientes con coronavirus.
Entonces podemos notar que ser médico es la decisión constante de anteponer la salud del paciente por encima de la nuestra y de dar lo mejor de nosotros para todo el colectivo sin importar el día, la hora o las situaciones, pues los héroes no tienen límite y tampoco su poder, los médicos no nacen, se hacen y sobre todo nunca se rinden, la vida del mundo es la vida de los médicos, los conocimientos heredados son aquellos que los pacientes en su diversidad permiten a los nuevos médicos evolucionar y dejar un legado definido hacia las nuevas generaciones. Qué orgullo estudiar el bello arte de la Medicina y la humildad del conocimiento, pues ser médico no solo estudiar anatomía, sino cuidar de ella con el conocimiento, con la vida.
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