En los momentos de mayor peligro es donde salen los verdaderos estadistas. En el año 1991 se creó un consenso nacional para la construcción de una nueva constitución que refleje la realidad de verdad del país. Para su construcción se contó con indígenas, afros, liberales, conservadores, ex-guerrilleros, académicos, quienes crearon una coalición basada en una creencia fundamental de que la democracia valía la pena salvarla.
Esas coaliciones ocurren cuando la democracia está en peligro, en ese momento habían masacres, tan solo 2 años anteriores a la conformación de la asamblea en Segovia, Antioquia habían masacrado los paramilitares a 27 personas por haber escogida a Rita Tobón, ex-Alcaldesa de Segovia por la Unión Patriótica. El paramilitarismo y los grupos guerrilleros se fortalecían mientras masacraban a los militantes del M19 quienes le apostaron a la paz. Las cortes estaban peligrando su propia existencia mientras sectores del ejército y la extrema derecha las trataban de socavar defendiendo una visión de democracia que no incluía una justicia imparcial. Incluso, un año antes masacraron a 3 candidatos presidenciales, Carlos Pizarro Leongomez, Bernardo Jaramillo Ossa, y Luis Carlos Galán Sarmiento junto con cientos de periodistas, activistas, políticos y defensores de derechos humanos. Cuando todo parecía ir mal y la democracia parecía demasiado perdida para salvarse pasó lo impensable en un país que parecía solo acabar una guerra para dar inicio a la siguiente. Una alianza inusual con personas que en la vida han estado de acuerdo en cualquier tema que se unieron por la simple esperanza de rescatar lo poquito que quedaba de democracia en el país.
Ese día, Álvaro Gómez Hurtado, un Conservador nacionalista y casta con ideas de derecha y extrema derecha, Horacio Serpa, un político de profesión del centro político que toda su vida había hecho carrera en el estado, y Antonio Navarro Wolff, un ex-guerrillero y académico de izquierda quien lideró las voces de los miles de ex-combatientes aún creyendo en la paz que habían firmado. Crearon una nueva constitución, una de las más liberales y progresistas hasta el día de hoy. Crearon un acuerdo sobre lo fundamental que salvaguardaba las condiciones básicas para el estado de derecho. Crearon la tutela, la independencia judicial, los órganos de control, salvaguardaron nuestro orden jurídico. Pero hoy esa misma constitución está en peligro. Desde las propuestas por una constituyente que destrozaría la independencia judicial, hasta las masacres en municipios que le apostaron a la paz y los más de 300 ex-combatientes de las FARC asesinados. Hoy necesitamos devolverle a los Colombianos la esperanza, recordarnos de la importancia de la democracia y la justicia. Hoy se necesita que nuevamente nos unamos, no basado en estar de acuerdo en todo, pero basados en nuestro derecho fundamental a estar en desacuerdo. Nuestro padres y abuelos crearon la constitución pero ahora es nuestro labor protegerla.
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